La mujer está expuesta a caer en este sentimiento engañoso y destructor, que muchas veces acaricia porque le hace sentir bien. La vanidad se mete en nuestra mente sutilmente, comienza con una mirada interna. Nos vemos lindas, atractivas y basta que alguien nos elogie para inflarnos de orgullo. Creemos que somos " lo más" en todo!! Tal vez nos sentimos superiores a otros y no vemos sus propias virtudes. Podemos ser hermosas, inteligente, destacadas, hábiles, etc..que no es malo!!! pero que estas características no nos lleve a sentirnos vanidosas y caer en el error. La vanidad es muy común en el mundo femenino, pero este sentimiento es repugnante ante los ojos de Dios. El Señor mismo dice que "RESISTE A LOS SOBERBIOS Y DA GRACIA A LOS HUMILDES" Santiago 4:6 La Biblia. Qué feo que Dios me resista, prefiero que se acerque a mí y que me dé de su gracia!! prefiero ser humilde para mi bien. Es que la vanidad comienza con un simple "qué linda soy", "qué buena", "qué inteligente"...y puede llegar a devastar nuestra vida!! Eres bella, amable, simpática? Tal vez inteligente, tienes buen trabajo o una buena posición... Una profesión en la que te destacas, tienes atractivos y vistes muy bien y a la moda, con ropa fina y elegante?? Muchas virtudes y dones.... Pero Dios te pregunta "QUE TIENES QUE NO HAYAS RECIBIDO?" 1º Corintios 4:4 La Biblia. Nos pensamos autoras de esos talentos y dones, nos olvidamos que por la gracia de Dios los hemos recibido...Que son bueno? ¡Si! claro que son buenos! pero que eso bueno no lo arruinemos con un exceso de estimulación propia.
Estamos convencidas que la vanidad, el orgullo, la arrogancia, la soberbia, producen en nosotras pequeñas grietas en nuestro carácter por donde el enemigo entra para confundirnos. La vanidad es una alimaña peligrosa que cuando muerde no suelta facilmente. El orgullo es un apetito desordenado de ser "preferidos a otros". Si no queremos que se nos alejen aquellos que amamos, seamos mujeres humildes!! Que todo talento, virtud, belleza, está al servicio de otros y que en humildad de corazón reconozcamos a Dios, el Señor, como el dador de todos estos dones. Aprovechemos al máximo nuestros talentos para bendición y felicidad de otros. Pongamos nuestra vida en las manos de Dios y démosle gracias por todo lo bueno que nos dio!!!
No estemos atrapadas por la vanidad, porque es un peligro destructor de nuestra alma!!!
¡Qué cosa es el orgullo, la vanidad y la vanagloria!, el Señor nos libre de ellos, que podamos reconocer que sin Su ayuda y protección, somos sólo polvo. Me gustó mucho tu nota. ¡¡¡Espero la próxima, queridísima hermana y amiga!!!
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